Las oscuras noches han hecho memoria de mi.
Los fantasmas me observan igual que te miran a ti.
Se nos oculta la luna, las estrellas y el porvenir,
nos sangran las manos, el alma y los pies
de tanto rondarnos buscando en el todo lo que ya no es,
de tanto llamarnos sin labios, sin voces, sin palabras, sin fe.
Me duele el recuerdo de lo que nunca fue,
las frases no dichas, el perdón no otorgado,
el amor no sentido y el frió de mi piel.
Me duelen tus ojos y me duele mi ser.
Y esta noche eterna no tengo cabeza,
no creo en la fortuna,
ni en la suerte, ni en los posos del café.
No creo en el mañana,
ni en el sol, ni en el amanecer.
Voy a quedarme dormida y voy a fingir que soñé!
o voy a quedarme velando esas lagrimas que hoy tire.
Hagas lo que hagas ya jamas lo sabre,
haga lo que haga ya jamas te lo diré.
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